Una despedida

El IES José Hierro no es un centro referente. Situado en una pequeña localidad, de las más bellas de Cantabria, pero alejada del centro de la Comunidad, nunca ha destacado por tener resultados brillantes, alumnos brillantes,... Esta es la concepción generalizada...

Ahora vamos a la realidad. El José Hierro es un instituto más de Cantabria, ni mejor ni peor que otros, con unas peculiaridades geográficas y sociales que determinan cierto perfil que todos asumimos de antemano: una mayoría de chicos poco motivados, sin grandes expectativas educativas; un profesorado inestable, que tarde o temprano se acaba yendo...

Cuando llegué a este centro no tardé ni dos días en verificar el cliché: los chavales eran muy ruidosos, especialmente rebeldes, enormemente pasivos, y los enfrentamientos con el profesor eran más frecuentes que en otros sitios. Los profesores éramos aquí una especie de objetivo común al que había que desacreditar, un enemigo, un sector que goza de un bienestar muchas veces inmerecido. Hay algo del carácter pejín de esta zona, que ya de entrada se anuncia bronco, amenazador, desconfiado, dispuesto siempre a hacerse respetar, a enseñar la mandíbula y los puños desde la presentación inicial.

Han pasado tres años y, ahora que me voy, sigo constatando cierta peculiaridad en estos alumnos de este instituto. Pero como ocurre con los hijos más problemáticos, tras los primeros meses de desafío llegó la aceptación, y luego la simpatía, y el afecto...

Tengo la certeza de que otros muchos alumnos pasarán  por mis cursos y de algunos recordaré caras, gestos, expresiones...; de los más no quedará ni una sombra..., pero de éstos, los más "guerreros"" , no me olvidaré fácilmente. Y, al final, aún no me he ido, y ya empiezo a sentir una especie de nostalgia...


                                                                                                                                            Nieves Álvarez

Nuestros alumnos obtienen el segundo premio en el Ocean Junior Workshop


Daniel Rivero Paz y Álvaro Fernández Torre, de 2º de ESO participaron, bajo la tutela del profesor de Tecnología, Didio Sordo, en el Ocean Junior Workshop, Congreso de Ingeniería Oceánica en Santander. Esta participación respondía al desafío lanzado por el organismo: realizar un robot que llevara a cabo el rescate de víctimas y esquivara restos de un naufragio simulado.

El gran desafío fue adaptar los robots, ya utilizados en el Open Robocup, al medio acuático;  aislarlos del agua para que pudieran realizar sus funciones con éxito y sin perjuicio para el autómata. Y lo hicieron bastante bien, porque obtuvieron un segundo premio que fue otorgado por las autoridades responsables en el Congreso de los Diputados.  El premio consistió en una medalla, un diploma y material de robótica para el centro. El premio, además, es la satisfacción que nos produce en el instituto comprobar cómo nuestros alumnos participan y destacan en iniciativas tan importantes como esta.




El José Hierro destaca de nuevo en el Open Robocup



Una vez más, nuestro instituto demuestra que tiene buena materia prima. Si el año pasado obtuvimos el primer puesto que nos llevó hacia la final en Singapur, este año hemos vuelto a destacar en dos modalidades: en secundaria, con un cuarto puesto, y en primaria, donde alcanzamos de nuevo el primer puesto.

El Open Robocup es un prestigioso concurso internacional de Robótica que tiene lugar en dos fases: en una primera se selecciona un equipo ganador  por cada una de las modalidades existentes: Rescue (rescate), Dancing (baile) y Soccer (fútbol). Los ganadores nacionales se enfrentan a los vencedores de otros países en una fase internacional.
El pasado 4 de abril, en la Universidad de Alcalá de Henares, tuvo lugar la convocatoria de este año con el profesor de Tecnología y responsable del proyecto, Didio Sordo, al frente. En el nivel de primaria los participantes fueron Daniel Rivero Paz y Álvaro Fernández Torre, de 2º de ESO B. En secundaria, Israel Santiáñez Herrán, de 2º de ESO B; Jesús Mª Arroyo González e Igor González Higuera, de 4º C, y Pablo Arroyo Arenas, de 1º de Bachillerato B. Todos participaron en la modalidad Rescue.

El instituto se siente especialmente orgulloso de la colaboración de José María Arroyo, padre de Pablo Arroyo, que ofició como tutor en secundaria. José María, que ya dominaba el ámbito de le electricidad, se adentró en el lenguaje de la programación preparándose junto a su hijo y los demás compañeros  para el Robocup. Nos sentimos orgullosos de que padres e hijos colaboren y participen en iniciativas que aportan brillo a nuestro centro.