En 1994 decide centrarse en su carrera literaria, que había iniciado en 1988 con Asturias desde la noche, tras ser finalista del Premio Planeta con El peso de las sombras, aunque sigue colaborando con distintos medios de comunicación de manera puntual, como con TVE o
En esta novela, la protagonista es la niña São, nacida para trabajar, como todas en su aldea, que decide construirse una vida mejor en Europa. Tras aprender a levantarse una y otra vez encontrará una amistad nueva con una mujer española. Entre ellas se construirán un vínculo indestructible, que las hará fuertes. Ángeles Caso se inspiró para el personaje de la protagonista de la novela en una amiga de Cabo Verde (precisamente llamada Sao) que cuidó de su hija en el pasado. Ángeles Caso afirmó sobre los temas de la novela, la inmigración y la capacidad de lucha de la mujer, que quería mstrar su agradecimiento a todas las mujeres que “luchan contra el viento de la miseria, del sueño de la educación, de los sueños frustrados, de tener que emigrar de sus países; heroínas del siglo XXI que vienen a cuidar de nosotros, de nuestros hijos y de nuestros ancianos”.
Este fragmento de "Contra el viento" demuestra las dificultades y temores que encuentra la protagonista, para llegar a tener una vida mejor.
(...) Saõ notó cómo las náuseas le subían desde el estómago- Al percibir los espasmos de su cuerpo, el hombre la soltó y se alejó rápidamente, temiendo que le vomitase encima. Ella trató de respirar hondo. Don Jorge pareció recuperar el control. Se pasó la mano por el pelo, apartándolo de la cara, y la miró desde la distancia:
-- ¿Qué te pasa?- le dijo, y su voz sonaba enfadada.
Ella sólo sentía el asco que le había provocado aquel ataque imprevisto, las manos sudorosas tocando su piel, la boca hedionda contra la suya, el bulto amenazador de su pene. No tenía ni miedo ni vergüenza. Lo único que quería era que aquel hombre dejase de tocarla para recuperar la normalidad, la quietud del estómago, el aliento apaciguado de los pulmones.
-- No se acerque a mi-le respondió-. No vuelva a acercarse.
-- ¡Vaya! Mira la puritana... ¿Acaso no has estado paseándote por delante de mí durante años casi desnuda, con esos vestidos que te marcan todo el cuerpo...? ¿No era esto lo que querías que pasara...?
Saõ se sintió indignada. Siempre había sido una persona pudorosa. No le gustaba exhibir su cuerpo, aunque no podía evitar que, a medida que había ido creciendo, se marcara rotundo y duro por debajo de su ropa. Pero nunca se había contoneado delante de él, presumiendo de la belleza de sus caderas. Ni siquiera le había echado ni una sola mirada a aquel hombre, ante el cual solía bajar los ojos por timidez. No sabía lo que significaba provocar el deseo. Sólo tenía trece años cuando llegó a aquella casa y ahora, a los diecisiete (...)
No hay comentarios:
Publicar un comentario