LOS CUATRO ANGELES DE AUSCHWITC



   El día 29 de Enero a 3 y 4 hora   los alumnos  de 2ª y 3ª fueron a escuchar  una charla en el  auditorio  con la profesora de sociales, Invención. El motivo era la conmemoración de la entrada de los topas aliadas de la 2 guerra mundial en el campo de exterminio nazi de Auschwitc. El acto fue organizado y coordinado por la profesora de sociales invención. Los alumnos de PCPI2, aunque no son ni de 2ª ni de 3ª de la Eso asistimos para recoger datos para el proyecto de la revista del centro.
En este articulo hablaremos de 4 personas conocidas como los ángeles de Auschwitc quienes ante tanto horror y tanto dolor no se pudieron quedar impasibles y por diferentes caminos lograron salvar a muchos prisioneros judíos de la muerte. 



Irena Sendler 

 

    Irena Sendler nació como Irena Krzyzanowska el 15 Febrero de 1910, en Varsovia. Su padre, Stanisław Krzyżanowski, era un médico reconocido. Desde su infancia, Irena sintió simpatía por los judíos. 


   Irena Sendler trabaja con una enfermera cuando entraron los nazis. Al ver las condiciones de vida de los judíos confinados en los guetos decidió hacer algo. Ella y sus colaboradoras consiguieron salvar a más de 2500 niños sacándolos del gueto utilizando mil estrategias diferentes: En  sacos, cestos de basura, cajas de herramientas, cargamentos de mercancías, bolsas de patatas, ataúdes... en sus manos cualquier elemento se transformaba en una vía de escape.





Ángel Sanz Briz

 

   Tras estudiar Derecho, ingresó en la Escuela Diplomática, finalizando sus estudios poco antes de los primeros años  de  la Guerra Civil Española. Tras su comienzo, se enroló en las tropas franquistas.

 



   Sanz Briz decide, con el conocimiento del gobierno franquista, proporcionar documentos españoles a los judíos sefardíes que pudiese encontrar y negociar con las autoridades húngaras (títeres de los ocupantes alemanes) el traslado a lugar seguro de dichas personas. Sanz Briz procede a proteger las vidas de unos 5 200 judíos , usando su influencia y contactos (también su dinero, con el que sobornó al gauleiter alemán), así como edificios alquilados con los fondos de la embajada que rotuló como "Anejo a la legación española".



Oskar Schindler 

   Oskar Schindler nació en una familia alemana  en Zwittau, Moravia (actual Svitavy), Bohemia (por entonces parte del Imperio austrohúngaro y actualmente en la República Checa). Su familia era rica y católica, dedicada a los negocios, pero sufrió el hambre de la posguerra de la I Guerra Mundial (1914-1918) y de la Gran Depresión (1929). Durante su niñez y juventud tuvo entre sus mejores amigos a familias judías. A pesar de ello, él se afilió en 1930 al Partido Nazi por necesidad de oportunidades. Su hermana Elfriede, siete años menor, era próxima al partido
Hábilmente negoció con el capitán Goeth judío por judío, pagándole una suma determinada de dinero para que cada uno de ellos fuera empleado en su fábrica. Los judíos eran inscritos en una lista por Stern.


                      
   Schindler, gracias a su habilidad, pudo retener y proteger a los judíos de su fábrica hacía el final de la guerra y salvarlos de morir en los campos de exterminio nazis. A finales de 1944 Schindler pudo salvar a unos 1100 judíos polacos, quedando casi en la bancarrota personal.







Raoul Wallenberg.

   Wallenberg nació en Kappsta (Suecia) en 1912. Fue hijo de Raoul Oscar Wallenberg, un oficial naval sueco y de María Sofia Wising "Mag" (1891-1979). Su padre murió de cáncer cuando Raoul jr. contaba sólo con tres meses de edad. En 1918 su madre contrajo nuevas nupcias con Frederick von Dardel. Dos hijos, Guy von Dardel, Su hermana Nina contrajo matrimonio con un miembro de la familia Lagergren.



   Consiguió salvar a muchos judíos dándoles pasaportes protegidos, sobornando y albergándoles en casas y en embajadas. Wallenberg negoció hábilmente con oficiales nazis como Adolf Eichmann y el comandante de las fuerzas armadas alemanas en Hungría, el general Gerhard Schmidhuber, y consiguió que cancelaran las deportaciones a los campos de concentración alemanes, entregándoles una nota de su amigo fascista Pal Szalay en la que los amenazaba de ser procesados por crímenes de guerra.



 
   Hemos visto en este breve reportaje  que no hace falta ser un ángel ni ser alguien especial  sino ser una persona que no mira para otra parte y que ve en los demás a otros, a iguales , a personas . 


Iván González Suárez